martes, 30 de marzo de 2010

No te engañes corazon



Tango, 1926

Letra y Música: Rodolfo Sciammarella

No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que es mujer y que, al nacer,
del engaño hizo un sentir.
Miente al llorar, miente al reir,
miente al sufrir y a al amar.
Miente al jurar falsa pasión,
no te engañes, corazón.

Me apena verte con ella del brazo,
si a mí me dio el esquinazo,
a vos qué no te dará.
Oíme, yo que soy tu amigo viejo
quiero darte un buen consejo,
lárgala y te convendrá.

Acaso te llore y se desespere
y te diga que te quiere,
viejo ardid de la mujer.
No creas que a vos sólo ha de quererte,
si juró que hasta la muerte,
solo mía había de ser.

No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que fue mía y que algun día
te podés arrepentir.

Si has de llorar con gran dolor
se ha de burlar de tu amor.
No te olvidés que ella es mujer,
no te dejes convencer.

No creas que es la envidia o el despecho,
por todo el mal que me ha hecho,
que hace que yo te hable así.
Bien sabes que no hay envidia en mi pecho,
que soy un hombre derecho,
que soy como siempre fui.

viernes, 26 de marzo de 2010

Fumando espero



Música: Juan Viladomat Masanas (o Juan Viladomat i Massanes)
Letra: Félix Garzo

Fumar es un placer
genial, sensual.
Fumando espero
al hombre a quien yo quiero,
tras los cristales
de alegres ventanales.
Mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el humo
me suelo adormecer...
Tendida en la chaisse longue
soñar y amar...
Ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios,
y el devaneo
sentir con más deseos
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.

Dame el humo de tu boca.
Anda, que así me vuelvo loca.
Corre que quiero enloquecer
de placer,
sintiendo ese calor
del humo embriagador
que acaba por prender
la llama ardiente del amor.

Mi egipcio es especial,
qué olor, señor.
Tras la batalla
en que el amor estalla,
un cigarrillo
es siempre un descansillo
y aunque parece
que el cuerpo languidece,
tras el cigarro crece
su fuerza, su vigor.
La hora de inquietud
con él, no es cruel,
sus espirales son sueños celestiales,
y forman nubes
que así a la gloria suben
y envuelta en ella,
su chispa es una estrella
que luce, clara y bella
con rápido fulgor.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.

Un poco de historia

Algunos sostienen que la letra de este tango español fue co-escrita por Viladomat junto a Félix Garzo. Javier Barreiro nos dice que: “....el cigarrillo que tan plácidamente saborea su protagonista es, evidentemente, de cocaína (Nota del Dr. Sapetti: aunque si prestamos atención a la letra pareciera ser cannabis: ‘humo embriagador...me suelo adormecer...mi egipcio es especial´). Así, el texto alcanza pleno sentido. Otra de las composiciones de Viladomat tuvo relación directa con la famosa droga: `El tango de la cocaína´, perteneciente a una pieza corta (guignol en un acto) del mismo título estrenada con más éxito que la anterior en el teatro Español de Barcelona (Octubre, 1926)”.

Continúa diciendo J. Barreiro que “Jaume Collel i Surinyach comenta su afición -aunque mejor habría que decir que la de sus letristas- a temas curiosos, marginales o del día. Así, además de las citadas arriba, habría que citar la crítica política (La catalanista, El 6 d’octubre), el transexualismo (Niní), el cubismo (El pintor cubista) o el separatismo (Empordá lliure).

Viladomat conoció el triunfo en vida pero tuvo también tiempo de asistir a la decadencia de los géneros que le dieron fama. Después de la guerra civil las varietés habían entrado en decadencia ante el creciente vigor de la comedia americana, la canción folclórica o el deporte. Juan Viladomat i Massanes las acompaño en su óbito. El 29 de diciembre de 1940 y a la edad de 55 años moría en Barcelona sin que su aún reciente fama diera pábulo a ninguna crónica periodística. La guerra había hecho pasar a segundo término lo que no fuesen sus siniestras consecuencias”.

Junto a “La cieguita” cuya fama se cifra en la versión de Gardel y del que no se han grabado demasiadas versiones, “Fumando Espero” es, seguramente, el tango más famoso de los compuestos en España.

sábado, 20 de marzo de 2010

Besame mi amor



Musica: Enrique Lomuto
Letra: Oscar Rubens

Hoy estamos tristes,
más tristes que nunca
y nos cuesta tanto decirnos adiós.
Nuestras ilusiones se han quedado truncas,
no tiene remedio, lo ha querido Dios.
No, no llores mi alma, que ya falta poco,
déjame mirarte por última vez.
Yo también de pena, estoy casi loco
mas te juro mi alma que retornaré.

Bésame mi amor
fuerte por favor
puesto el corazón en ese beso;
Yo sé que pronto he de sentir un gran vacío,
como si alguien me ha quitado lo que es mío.
Bésame mi amor
por última vez
para retenerte en el recuerdo.
para guardarlo aquí en mi pecho tiernamente
y evocarlo dulcemente
cuando ya no estés.

Ya la primavera
llegó floreciente,
brilla el sol dorado, canta el ruiseñor,
pero en nuestras almas, que hoy están dolientes,
sigue el crudo invierno, tan desolador.
Dulce amada mía, no llores, no penes...
Juntos alegremos nuestro último adiós...
Déjame arrullarte, bésame sonriente,
así engañaremos nuestro corazón.

lunes, 8 de marzo de 2010

Marionetas



1928
Música: Juan José Guichandut
Letra: Armando Tagini

Tenía aquella casa no sé qué suave encanto
en la belleza humilde del patio colonial
cubierto en el verano por el florido manto
que hilaban las glicinas, la parra y el rosal...

¡Si me parece verte! La pollerita corta,
sobre un banco empinadas las puntas de tus pies,
los bucles despeinados y contemplando absorta
los títeres que hablaban, inglés, ruso y francés.

-¡Arriba, doña Rosa!...
¡Don Pánfilo, ligero!...
Y aquel titiritero
de voz aguardentosa
nos daba la función.
Tos ojos se extasiaban:
aquellas marionetas
saltaban y bailaban
prendiendo en tu alma inquieta
la cálida emoción...

Los años de la infancia risueña ya pasaron
camino del olvido; los títeres también.
Piropos y promesas tu oído acariciaron...
te fuiste de tu casa, no se supo con quién.

Allá entre bastidores, ridículo y mezquino,
claudica el decorado sencillo de tu hogar...
Y tu, en el proscenio de un frívolo destino,
¡sos frágil marioneta que baila sin cesar!