domingo, 26 de diciembre de 2010

A pesar de todo





Música: Eladia Blázquez
Letra: Eladia Blázquez
A pesar de todo, me trae cada día
la loca esperanza, la absurda alegría.
A pesar de todo, de todas las cosas,
me brota la vida, me crecen las rosas.
A pesar de todo me llueven luceros,
invento un idioma diciendo... “te quiero”.
Un sueño me acuna, y yo me acomodo
mi almohada de luna, a pesar de todo...

A pesar de todo, la vida que es dura,
también es milagro, también aventura.
A pesar de todo irás adelante.
¡La fe en el camino será tu constante!
A pesar de todo, dejándola abierta,
verás que se cuela el sol por tu puerta.
No hay mejor motivo, si encuentras el modo,
de sentirte vivo... ¡A pesar de todo!

A pesar de todo estoy aquí puesta,
los pájaros sueltos, el alma de fiesta.
A pesar de todo me besa tu risa,
y el duende, y el ángel del vino y la brisa.
A pesar de todo, el pan y la casa,
los chicos que crecen jugando en la plaza...
A pesar de todo, la vida ¡qué hermosa!
siempre y sobre todo, de todas las cosas.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Yo tambien soñe



Tango 1935
Música: Francisco Canaro
Letra: Luis César Amadori

Yo también soñé
cuentos de ilusión,
desde mi niñez,
y fue un sueño azul
el que me engañó
en mi juventud.
Yo soñé un amor,
yo sentí el calor
de un cariño fiel.
Los tesoros que forjé
locamente derroché
y entre sueños fui feliz,
al calor de esas caricias
que después no conocí.

Es más amargo el despertar
cuanto más tierno
fue el amor del sueño;
una mano de hierro
nos llama a la realidad
y los sueños se cambian
en miserias y maldad.
Yo quisiera soñar y dormir de una vez
para no despertar.

Hoy perdida ya
ilusión y fe,
la vi aparecer
linda como un sol.
Me miró al pasar,
por mi soledad,
se acercó hasta mi
y escuché su voz
hablando de amor.
Mi esperanza renació
y hoy que me siento feliz
tengo miedo de soñar,
porque si esto fuera un sueño
no podría ya vivir.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Temblando



Vals 1945
Música: Alberto Acuña
Letra: Charrúa (Gualberto Márquez)

Linda estaba la tarde en que la vi,
el patio de su rancho acomodando
y aunque guapo pa'todo me sentía,
no pude hablarle y me quedé temblando.

Estaba como nunca la había visto,
vestido livianito de zaraza,
con el pelo volcao sobre los hombros
era una virgen que encontré en la casa.

Ni ella ni yo, ninguno dijo nada,
con sus ojazos me siguió quemando,
dejó la escoba que tenía en la mano,
me quiso hablar y se quedó temblando.

Era el recuerdo del amor primero,
amor nacido en una edad temprana,
como esas flores rústicas del campo
que nacen de la noche a la mañana.

Amor que está oculto en los adobes
de su rancho paterno tan sencillo
y en la corteza del ombú del patio
escrito con la punta del cuchillo.

Me di vuelta pisando despacito,
como quien desconfía de una trampa,
envolviendo recuerdos y emociones
entre las listas de mi poncho pampa.

No sé que me pasó, monté a caballo
y me fui galopiando a ríenda suelta,
con todos los recuerdos y emociones
que en las listas del poncho saqué envueltas.

Linda estaba la tarde en que la vide,
el patio de su rancho acomodando.
La tarde en que guapo me sentía
no pude hablarle y me quedé temblando.



lunes, 6 de diciembre de 2010

Rencor



Tango 1932
Música: Charlo
Letra: Luis César Amadori

Rencor, mi viejo rencor,
dejáme olvidar
la cobarde traición.
¡No ves que no puedo más,
que ya me he secao
de tanto llorar!
Dejá que viva otra vez
y olvide el dolor
que ayer me cacheteó...
Rencor, yo quiero volver
a ser lo que fui...
Yo quiero vivir...

Este odio maldito
que llevo en las venas
me amarga la vida
como una condena.
El mal que me han hecho
es herida abierta
que me inunda el pecho
de rabia y de hiel.
La odian mis ojos
porque la miraron.
Mis labios la odian
porque la besaron.
La odio con toda
la fuerza de mi alma
y es tan fuerte mi odio
como fue mi amor.

Rencor, mi viejo rencor,
no quiero sufrir
esta pena sin fin...
Si ya me has muerto una vez
¿por qué llevaré
la muerte en mi ser?
Ya sé que no tiene perdón...
Ya sé que fue vil
y fue cruel su traición...
Por eso, viejo rencor,
dejáme vivir
por lo que sufrí.

Dios quiera que un día
la encuentre en la vida
llorando vencida
su triste pasado
pa' escupirle encima
todo este desprecio
que babea mi vida
de amargo rencor.
La odio por el daño
de mi amor deshecho
y por una duda
que me escarba el pecho.
No repitas nunca
lo que vi' a decirte:
rencor, tengo miedo
de que seas amor.


domingo, 5 de diciembre de 2010

me quede mirandola



Música: Vicente Spina
Letra: Roberto Daniel Miró

Después de un año atroz de soledad
volvimos a encontrarnos sin querer
de pronto los recuerdos de otros días
que cantaba y que reía acudieron en tropel.
Mis labios balbucearon con temor
los ojos le contaron mi dolor
mis ansias de encontrarla fueron tantas
que oprimida la garganta me quedé mirándola

Inútiles senderos fueron todos
caminos recorridos sin vivir
bordeados de dudas y dolores
y sólo sinsabores aumentan mi sufrir.
Mas ya no espero nada de la vida,
ni ahora que la encuentro puede ser.
Lo dice su mirada distraída,
que he matado para siempre
lo que fuera su querer.

Ha vuelto sin llegar la que esperé
la encuentro y nuevamente ya se va
sabiendo que en su adiós está mi ruina,
se alejó y de la esquina me quedé mirándola

Ha vuelto sin llegar la que espere
la encuentro nuevamente y ya se va
y sabiendo que en su adiós esta mi ruina se alejó
y de la esquina me quedé mirándola.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Tal vez será su voz



Tango 1943
Música: Lucio Demare
Letra: Homero Manzi

Suena el piano, la luz está sobrando,
se hace noche de pronto y sin querer
las sombras se arrinconan
evocando a Griseta, a Malena, a María Ester.

Las sombras que esta noche trajo el tango
me obligan a evocarla a mí también.
Bailemos que me duele estar soñando
con el brillo de su traje de satén.

¿Quién pena en el violín?
¿Qué voz sentimental
cansada de sufrir
se ha puesto a sollozar así?
Tal vez será el rumor
de aquella que una vez
de pronto se durmió.
¡Tal vez será su voz, tal vez!
Su voz no puede ser,
su voz ya se apagó,
¡tendrá que ser nomás
mi propio corazón!

Era triste, era pálida y lejana,
negro el pelo, los ojos verde gris.
Y eran también sus labios al sol de la mañana
una triste flor de carmín.

Un día no llegó, quedé esperando.
Y luego me contaron su final.
Por eso con las sombras de los tangos
¡vanamente la recuerdo más y más!