domingo, 31 de octubre de 2010

Con la frente marchita



Sentados en corro merendábamos besos y porros
Y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa.
Te morías por volver "Con la frente marchita" cantaba Gardel
Y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud.
Ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy.

Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de lata.
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías más amor que el del Río de la Plata.

Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta.
Luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió.
"Mándame una postal de San Telmo, adiós, ¡cuídate!"-
Y sonó entre tú y yo el silbato del tren...

Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
monigotes de miga de pan, caballitos de lata
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías otro amor que el del Río de la Plata.

Aquellas banderas de la patria de la primavera,
a decirme que existe el olvido, esta noche han venido.
Te sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del "Che".
Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear,
y al llegar a la Plaza de Mayo me dio por llorar
y me puse a gritar: "¿Dónde estás?"

Y no volví más a tu puesto del Rastro a comprarte
corazones de miga de pan, sombreritos de lata.
Y ya nadie me escribe diciendo:
"No consigo olvidarte, ojalá que estuvieras conmigo en el Río deLa Plata"

jueves, 28 de octubre de 2010

Silbando



1925
Music: Sebastián Piana / Cátulo Castillo
Letra: José González Castillo


Una calle en Barracas al Sur,
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
está un galán
hablando con su amor...

Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...

Una calle... Un farol... Ella y él...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traicionó una vez la ingrata moza...
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facón
da su tajo fatal...

Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y, al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga
el alma de la milonga
va cantando su emoción.



sábado, 23 de octubre de 2010

Paisaje



Vals 1943
Música: Sebastián Piana
Letra: Homero Manzi

Te compré una tarde paisaje lejano,
el marco dorado y el tema otoñal.
Te colgué en el muro frente a su retrato,
frente a su retrato que ya no está más.

Es tal vez por eso que recién me angustian
tu tono velado, tu sombra, tu gris,
tu cielo techado de nubes y bruma,
tu parque llorando con lluvia de abril.

¿Quién será, quien será
que en tu tela pintó
la quietud otoñal del pinar?
¿Y esa luz de olvido,
y el confín perdido,
y el camino herido de azul
y la soledad?

¿Quién será que una vez
te encontró como sos
y logró comprender tu color?
¿Qué alma, qué alma buena
vio la pena, pena
de la nube gris,
del camino azul,
del dolor de abril?

Soledad de nadie colgada del muro.
Hoy sé que mi vida lo mismo que vos
sólo es un paisaje lejano y oscuro
sin plata de ensueño, sin oro de amor.

Somos... sí, lo mismo, con igual destino.
Garúa borrosa de un día de abril.
Un nido vacío y un viejo camino
y un aire de ausencia muy triste y muy gris.

sábado, 9 de octubre de 2010

Rubí



Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo

Ven... No te vayas...
Qué apuro de ir saliendo.
Aquí el ambiente es tibio
y afuera está lloviendo.
Ya te he devuelto
tus cartas, tus retratos.
Charlemos otro rato
que pronto ya te irás.
Ya nada tuyo me queda al separarnos.
Es eruel la despedida
y triste el distanciarnos...
Hoy... Ven...
No lloremos,
que las lágrimas conmueven
y nada debe
detener tu decisión.

Rubí... acuérdate de mí.
No imploro tu perdón,
mas de tu corazón no me arrojes
Rubí... ¿Adónde irás sin mí?
¡Cuando no estés conmigo,
quién podrá quererte así!
Rubí... En este instante gris,
un último dolor
me causará tu adiós.
Después, la noche,
con su frío y con su iluvia
pondrá su broche sobre mi corazón.

Vas a dejarme... Sin duda, sufriremos.
Con nuestros sinsabores
por senda aparte, iremos...
No has de olvidarme por más que no te vea.
Yo viviré en tu idea
y tú en mi corazón...
Ven, que la lluvia, afuera, no ha cesado...
La noche es cruel y fría
¡No salgas de mi lado!... ¡Amor!
Borremos todo, amada mía, que esta escena
ha sido sólo un episodio sin valor.

Argentina vs Japon ( amistoso)

viernes, 8 de octubre de 2010

Un tropezón



Tango 1927
Música: Raúl De los Hoyos
Letra: Luis Bayón Herrera
¡Por favor, lárgueme agente!
No me haga pasar vergüenza.
Yo soy un hombre decente,
se lo puedo garantir.
He tenido un mal momento
al toparme a esa malvada,
mas no pienso hacerle nada,
¡Para qué! Ya se ha muerto para mí.

Un tropezón
cualquiera da en la vida,
y el corazón
aprende así a vivir.

D'entre su barro la saqué un día
y con amor la quise hasta mi altar.
Pero bien dicen que la cabra al monte tira
y una vez más razón tuvo el refrán.
Fui un gran otario para esos vivos,
pobres donjuanes de cabaret,
fui un gran otario porque la quise
como ellos nunca podrán querer.

Lléveme nomás agente,
es mejor que no me largue.
No quiera Dios que me amargue
recordando su traición.
Y olvidándome de todo
a mi corazón me entregue
y al volverla a ver me ciegue,
y ahí nomás...
¡Lléveme, será mejor!



jueves, 7 de octubre de 2010

Que falta que me haces

Música: Armando Pontier / Miguel Caló
Letra: Federico Silva

¡No estás!
Te busco y ya no estás.
Espina de la espera
que lastima
más y más...
Gritar
tu nombre enamorado.
Desear
tus labios despintados,
como luego de besarlos...
¡No estás!
Te busco y ya no estás.
¡Qué largas son las horas
ahora que no estás!...

Qué ganas de encontrarte
después de tantas noches.
Qué ganas de abrazarte,
¡qué falta que me haces!...
Si vieras que ternura
que tengo para darte,
capaz de hacer un mundo
y dártelo después.
Y entonces, si te encuentro,
seremos nuevamente,
desesperadamente,
los dos para los dos.

martes, 5 de octubre de 2010

Che Buenos Aires



La música y el estilo de Raúl Garello se identifican plenamente con el Buenos Aires actual; con un sonido personal, su riqueza armónica y una envolvente belleza estética.

Su éxito tiene correspondencia con el espíritu y concepción de sus obras, el tratamiento que proponen sus arreglos instrumentales y su criterio en la selección del repertorio.

Sin duda, la esencia verdadera del tango está presente, ya que Garello lejos está de ser un músico "rupturista".

Defiende la concepción de que el Tango es un largo devenir evolucionista con más de cien años de historia. Y por supuesto, mantiene el espíritu troileano del cual jamás renegó y adhiere fervientemente, a tal punto de reconocer públicamente que su ascendente trayectoria no hubiera sido posible sin los años transcurridos junto a "Pichuco".

domingo, 3 de octubre de 2010

Contame una historia



Tango
Música: Eladia Blázquez
Letra: Mario Iaquinandi

Vos que tenés labia, contame una historia.
Metele con todo, no te hagas rogar.
Frename este absurdo girar en la noria
moliendo una cosa que llaman "verdad"...
Contame una historia distinta de todas,
un lindo balurdo que invite a soñar.
Quitame esta mufa de verme por dentro
y este olor a muerte de mi soledad...
Contame una historia...
Mentime al oído
la fábula dulce de un mundo querido, soñado y mejor...
Abrime una puerta por donde se escape
la fiebre del alma que huele a dolor...
Contame una historia
vos, que sos mi hermano,
volcame en la curda que me haga sentir
que aunque el mundo siga yirando a los tumbos,
aún vale la pena jugarse y vivir...
Batime que existen amigos derechos,
mujeres enteras que saben querer.
Y tipos con tela que se abren el pecho,
si ven que la vida te puso en el riel...
Contame la justa de un lecho de rosas.
¡Estoy tan cansado de andar por andar!...
Contame una historia con gusto a otra cosa,
y en la piel del alma poneme un disfraz...


sábado, 2 de octubre de 2010

Quien hubiera dicho



Tango 1932
Música: Rodolfo Sciammarella
Letra: Luis César Amadori

¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida!
Yo no la quería
cuando la encontré
hasta que una noche
me dijo, resuelta:
Ya estoy muy cansada
de todo... Y se fue.
¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida!
Desde ese momento
la empecé a querer.

¡Cuántos sacrificios
hice pa' olvidarla!
¡En cuántos fandangos
mis noches perdí!
¡Quien hubiera dicho
que por ese mono
diera tantos tumbos
como los que di!
He tirao la vida
por los cafetines
pa' mostrarle a todos
que ya la olvidé,
pero todo es grupo
y al quedarme a solas
he llorao, hermano,
como una mujer.

Dos años enteros
la tuve a mi lado
y nunca, ni en sueños,
quererla pensé.
¡Quien iba a decirme
que loco yo un día
la vida daría
por verla otra vez!...
¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida...
¡Si somos machiettas
entrando a querer!

Escualo



Piazzolla conoció a Carlos Gardel en Manhattan 1934 al llevarle un presente realizado por su padre. Al "zorzal" le cayó muy bien el joven, y le resultó muy útil para realizar sus compras en la ciudad, pues así como Piazzolla dominaba el idioma inglés a Gardel le resultaba difícil aprenderlo. Al año siguiente el cantor lo invitó a participar en la película que rodaba en esos días, El día que me quieras, como un joven vendedor de diarios.Gardel invitó al joven prodigio a unirse en su gira por América, pero el padre de Astor decidió que éste era aún muy joven, su lugar fue reemplazado por el boxeador argentino José Corpas Moreno. Esta temprana desilusión probó ser una suerte en la desgracia, ya que fue en esta gira en la que Gardel y toda su banda perdieron la vida en un accidente aéreo. En 1978, en una carta imaginaria a Gardel, Astor bromearía al respecto sobre ese hecho:

...Jamás olvidaré la noche que ofreciste un asado al terminar la filmación de El día que me quieras. Fue un honor de los argentinos y uruguayos que vivían en Nueva York. Recuerdo que Alberto Castellano debía tocar el piano y yo el bandoneón, por supuesto para acompañarte a vos cantando. Tuve la loca suerte de que el piano era tan malo que tuve que tocar yo solo y vos cantaste los temas del filme. ¡Qué noche, Charlie! Allí fue mi bautismo con el tango.
Primer tango de mi vida y ¡acompañando a Gardel! Jamás lo olvidaré. Al poco tiempo te fuiste con Lepera y tus guitarristas a Hollywood. ¿Te acordás que me mandaste dos telegramas para que me uniera a ustedes con mi bandoneón? Era la primavera del 35 y yo cumplía 14 años. Los viejos no me dieron permiso y el sindicato tampoco. Charlie, ¡me salvé! En vez de tocar el bandoneón estaría tocando el arpa.