viernes, 2 de agosto de 2013

Tarde




 De cada amor que tuve tengo heridas, heridas que no cierran y sangran todavía. ¡Error de haber querido ciegamente matando inútilmente la dicha de mis días! Tarde me di cuenta que al final se vive igual mintiendo... Tarde comprendí que la ilusión se marchitó queriendo... ¡Pobre amor que está sufriendo la amargura más tenaz! Y ahora que no es hora para nada tu boca enamorada me incita una vez más. Y aunque quiera quererte ya no puedo, porque dentro del alma tengo miedo. Tengo miedo que se vuelva a repetir la comedia que me ha hundido en el sufrir. ¡Todo lo que di!... ¡Todo lo perdí!... Siempre puse el alma entera, de cualquier manera, soportando afrentas y al final de cuentas me quedé sin fe. De cada amor que tuve tengo heridas, heridas que no cierran y sangran todavía. Error de haber querido ciegamente, perdido en un torrente de burlas y mentiras. Sigo en mi rodar sin esperar y sin buscar amores... Ya murió el amor porque el dolor le marchitó las flores... Y aunque llores y me implores mi ilusión no ha de volver. ¡No ves que ya la pobre está cansada, vencida, destrozada de tanto padecer!


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